Desde el petróleo crudo hasta la gasolina y el gas natural, los precios de materias primas continúan alcanzando máximos históricos.
Factores de ‘pánico’ podrían ser causa de precios más altos de la gasolina
Actualmente, los precios de la gasolina en Estados Unidos han alcanzado máximos en un periodo de siete años. (Joe Raedle/Getty Images)
Puede que existan factores emocionales en juego en la evaluación de los precios minoristas de la gasolina, los cuales probablemente continuarán alcanzando niveles máximos por el momento, dijeron analistas a Zenger.
El registro de precios de la gasolina de la Asociación Automovilística Estadounidense, o AAA, publicó el martes un precio minorista promedio nacional de 3.28 dólares por galón de gasolina regular sin plomo. Eso es aproximadamente diez centavos más que hace un mes y, según datos federales, se trata del promedio nacional más alto desde finales de octubre de 2014.
El pico de los precios minoristas de la gasolina mantiene una racha al alza para la mayoría de los insumos.
Los precios del gas natural en el mercado europeo siguen alcanzando niveles máximos de varios años, y West Texas Intermediate, el punto de referencia estadounidense para el precio del petróleo, superó los 80 dólares por barril en las primeras actividades comerciales del martes.
Al igual que con los precios minoristas de la gasolina, los precios del petróleo crudo en Estados Unidos se encuentran en máximos de siete años.

Patricia Hemsworth, vicepresidenta senior de Paragon Markets, dijo a Zenger desde Nueva York que al menos parte del aumento en los precios minoristas de la gasolina se debe a la crisis energética del mercado europeo.
“Tiendo a ver todo en términos de relaciones”, dijo. “Podemos hablar del repunte generalizado en los precios de la energía como una especie de efecto de pánico contagioso ante la escasez de gasolina en Europa”.
Los crecientes precios del gas natural están empujando a algunos segmentos del sector energético a recurrir al carbón o al petróleo crudo para apuntalar los suministros antes de la temporada de uso de calefacción invernal en el hemisferio norte. Esto impulsa el incremento del precio final del petróleo crudo, que explica la mayor parte de lo que los consumidores pagan en la gasolinera.
Hemsworth agregó que la producción de petróleo crudo de Estados Unidos no está aumentando, y los miembros de la Organización de Países Exportadores de Petróleo decidieron a principios de septiembre continuar con los mismos niveles de producción. Con el cambio del gas natural al petróleo crudo, los principales sectores económicos compiten por el petróleo en un mercado cada vez más cerrado.

La Casa Blanca está presionando a la OPEP para que acceda a incrementar la producción, con el fin de detener el aumento constante de los precios de las materias primas, pero hasta ahora no se vislumbra una medida de alivio.
Sin embargo, incluso con los precios crecientes, Matthew Kohlman, director asociado de precios de productos refinados en S&P Global Platts, dijo que los factores estacionales que normalmente estarían en juego fueron dejados del lado por la pandemia de COVID-19.
“La caída en la demanda es la norma para la gasolina después del verano, la cual por lo general desciende entre un 5 y un 10 por ciento de agosto a septiembre”, dijo. “Pero la demanda de otoño del año pasado fue tan anormalmente baja por la pandemia que la demanda normal de este año se siente más alta de lo normal por comparación”.
Y al igual que Hemsworth, Kohlman dijo que la “geopolítica petrolera mundial habitual” está teniendo un impacto en los precios que hay en las gasolineras.
A pesar de los llamamientos a la independencia energética, los mercados energéticos son globales por naturaleza, con factores externos a Estados Unidos que llevan los precios al alza.
Patrick DeHaan, analista senior de petróleo de GasBuddy, dijo a Zenger desde Chicago que los precios podrían estancarse un poco, pero no mucho. Mientras el precio del petróleo crudo y de otros productos básicos se mantenga alto, los consumidores seguirán viendo precios elevados en la gasolina. Pero por ahora, parece que a esos consumidores no les importa.
“La demanda no ha respondido mucho al alto precio”, dijo DeHaan.
Traducción de Yerem Mújica; editado por Yerem Mújica y Melanie Slone