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Ayudaremos a otros solamente para obtener recompensa social

Un estudio sugiere que los actos de empatía se hacen solamente para que nuestro grupo de pares active el sistema de recompensa del cerebro.

Cuando las personas se esfuerzan por ayudar a otros, generalmente se considera un acto desinteresado y empático.

Sin embargo, un estudio realizado en ratas muestra que estos animales solo actúan para ayudar a miembros de su propio grupo social. Esto sugiere que la motivación para la empatía no es altruista, sino una forma de buscar recompensa social.

El estudio, publicado en eLife y dirigido por la investigadora Inbal Ben Ami Bartal de la Universidad de Tel Aviv, encontró que el sistema de recompensa del cerebro se activa cuando las ratas ayudan a un amigo atrapado. Pero cuando la rata atrapada era de una raza desconocida, las ratas del estudio no la ayudaron y el sistema de recompensa de sus cerebros no se activó.

Por tanto, el sentido de pertenencia es el factor dominante que impacta en la solidaridad social, y no la empatía por el sufrimiento y la angustia de los demás.

Un estudio en ratas mostró que estos animales solo se desvían de su conducta habitual para ayudar a un miembro de su propio grupo social. Esto sugiere que la motivación para la empatía no es altruista, sino una forma de buscar recompensa social. (China Photos/Getty Images)

Investigaciones anteriores habían descubierto que las ratas muestran empatía por sus pares y que rescatarlos de los problemas puede resultarles tan gratificante como comer chocolate, según Bartal. Investigaciones posteriores descubrieron que las ratas únicamente ayudan a los miembros de su propio grupo social.

“Comprender los mecanismos neuronales en la raíz de estos fenómenos es imperativo para el avance de nuevas intervenciones que tienen el objetivo de eliminar los sesgos sociales”, afirma el estudio.

El estudio actual, en el que participaron investigadores en Israel, Estados Unidos y Canadá, examinó qué cambio en el cerebro causa esta diferencia de comportamiento que provoca que las ratas ayuden solo a miembros de su mismo grupo.

“Esta investigación muestra que el sistema de recompensa tiene una función importante para ayudar al comportamiento y si queremos aumentar la probabilidad de un comportamiento prosocial, debemos reforzar un sentido de pertenencia más que un sentido de empatía”, dijo Bartal.

“Es un objetivo importante para la sociedad comprender la brecha de empatía hacia miembros del grupo externo, es decir, el grupo social que el individuo no identifica como propio: ¿Por qué ayudamos a algunos, pero permanecemos indiferentes ante el sufrimiento de otros?”, escribieron los autores del estudio.

“Este estudio proporciona la primera evidencia de un mecanismo neurobiológico común en todas las especies de mamíferos que impulsa la ayuda empática y destaca una respuesta neural distinta a la angustia de los demás cuando existe una relación social. Estos hallazgos brindan conocimiento sobre la forma en que el cerebro determina el valor de las experiencias de los demás con base en su identidad social, y abren un camino para predecir y generar decisiones prosociales”.

Actualmente, el equipo de Bartal intenta determinar qué sucede en los cerebros de ratas de diferentes grupos cuando viven juntas y desarrollan lazos sociales en el transcurso de dos semanas. Los investigadores han experimentado cómo puede emplearse la estimulación cerebral artificial para “provocar que las ratas muestren empatía por ratas de otra raza en una situación complicada”.

Producido en asociación con Israel21C.

Traducción de Yerem Mújica; editado por Yerem Mújica y Melanie Slone

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