Problema de abasto de agua en el Valle de México es irreversible, dicen expertos
El uso del agua en México es un problema serio desde hace tiempo. El sistema de abasto del vital líquido no cubre las necesidades de una población tan grande en una región tan alta. Las sequías han empeorado la situación. (Brent Stirton/Getty Images)
CIUDAD DE MÉXICO, México — La situación de abasto de agua en la Ciudad de México es preocupante. Una de las cinco ciudades más habitadas del mundo, y la segunda más poblada del continente americano, con más de 21.5 millones de habitantes, según la ONU, enfrenta uno de los problemas más serios de su historia. Investigadores aseguran estar en un punto sin retorno.
A principios de abril, el Valle de México, que abarca la Ciudad de México, 60 municipios del Estado de México, y uno en Hidalgo, experimentó una sequía sin precedentes. El Sistema Cutzamala, y las presas Villa victoria y El Bosque y Valle de Bravo, las cuales surten de agua esta zona, se encontraban a menos del 50 por ciento de su capacidad.
A través de un mensaje en redes sociales, la alcaldesa de la Ciudad de México, Claudia Sheinbaum, dijo que se trataba de la sequía más intensa en los últimos 30 años.
“Este es un llamado muy especial a que cuidemos el agua. Siempre hay que hacerlo, pero ahora más que nunca. No es tiempo de regar jardines. No es tiempo, bajo ninguna circunstancia, de utilizar agua de más”, dijo.
Tres meses después, la situación fue contrastante. Los municipios de Tlalnepantla, Huixquilucan, Naucalpan y Ecatepec, en el Estado de México, así como varias alcaldías de la Ciudad de México, registraron fuertes lluvias y serias afectaciones. En el Hospital General de Atizapán de Zaragoza Dr. Salvador González Herrejón, se registró una inundación del drenaje pluvial, y 67 pacientes tuvieron que ser referidos a otras unidades.
De acuerdo con la investigadora Norma Olvera, del Instituto de Ciencias Atmosféricas y Cambio Climático de la UNAM, la cantidad de agua diaria que la zona metropolitana del Valle de México requiere es de 5,270,400 metros cúbicos, o 108.16 albercas olímpicas llenas. El 22 de junio, la cantidad que cayó durante 30 minutos en solo tres colonias, Huixquilucan, Naucalpan y Tlalnepantla, la superó en un ocho por ciento. Esto quiere decir que cayó agua suficiente para llenar 185 albercas olímpicas más de la que estas tres colonias pueden usar.

Carlos Gay-García, investigador del Instituto de Ciencias Atmosféricas y Cambio Climático de la UNAM, dice que la Ciudad de México, al estar construido sobre un lago, es muy propicio a inundaciones. Atribuye estos cambios repentinos a la consecuencia del calentamiento global, y dice que se harán cada vez más recurrentes, lo que pondrá en peligro el suministro de agua en la región.
“Estos problemas que se están viviendo en la Ciudad de México se van a intensificar. Vamos a tener este ejemplo de sequías que continúa con inundaciones. Esto nos dicen los modeladores del clima. Ya estamos recorriendo sobre un punto irreversible. Estamos alcanzando los niveles en los que cada vez nos cuesta más regresar a la condición anterior al fenómeno. Esto se llaman impactos residuales. Si no me puedo reponer [en un futuro] de las inundaciones de Ecatepec o Tlalnepantla, ya estoy con déficit. La próxima vez que vengan otros fenómenos, se estará en peores condiciones. Son fenómenos complejos”, dijo Gay-García a Zenger.
Además del cambio climático, otros factores como el insuficiente abasto de agua potable, la sobreexplotación de las fuentes de abasto, la subsidencia y contaminación de pozos, el cambio de uso de suelo y contaminación de cuerpos de agua, la expansión urbana y drenaje insuficiente, la vulnerabilidad a las sequías, y la vulnerabilidad a las inundaciones complican la obtención del recurso líquido de manera segura en la Ciudad de México.

Aunado a esto, la constante extracción de agua de los mantos acuíferos ha llevado al hundimiento de la ciudad, lo que se traduce en una zona muy vulnerable a sismos y a inundaciones, y en la obtención de agua contaminada. “Esto está llevando a procesos de subsidencias, lo cual ha llegado hasta un hundimiento de 12 metros [en algunas partes de la ciudad]”, dijo Olvera.
“Sabemos por las cuestiones de terreno que debajo tenemos agua. Eso da por resultado que, al bajar el nivel de agua, está dando efecto a un proceso de salinización. En la región de Iztapalapa, por ejemplo, se está dando un proceso de contaminación por salinización. No es agua de buena calidad”, dijo.
El sistema Cutzamala, el cual aprovecha la cuenca alta del río que lleva el mismo nombre está conformado por la presa Tuxpan y El Bosque, en el estado de Michoacán, así como Colorines, Ixtapan del Oro, Valle de Bravo, Villa Victoria y Chilesdo, en el estado de México. Este sistema provee el 22.5 por ciento de agua al Valle de México. Pese a las intensas lluvias, ha registrado un ligero aumento en la captación de agua, la cual sigue baja en comparación con años anteriores.

De acuerdo con la Comisión Nacional del Agua (Conagua), al 16 de septiembre de 2021, se concentraron 458.7 millones de metros cúbicos de agua, lo que equivale a almacenar el 58.6 por ciento de la capacidad del sistema. Parte de la cuenca tiene sequía; las lluvias no han ayudado a compensar esta pérdida.
“Es uno de los niveles más bajos que se han tenido del Cutzamala en registros confiables de 1996 a la fecha; estamos 19.4 por ciento por debajo del promedio histórico a la misma fecha. El promedio histórico son 610 millones de metros cúbicos”, dijo a Zenger el maestro Víctor Bourguett, Director General del organismo de Cuenca Aguas del Valle de México (OCAVM).
A principios de 2020, el sistema proveía alrededor de 15.8 metros cúbicos de agua por segundo. Sin embargo, el periodo de sequía de ese año y la demanda de agua — por medidas de higiene de la pandemia — llevó a autoridades a reducir a 15.3, y posteriormente a 14.1. Durante un proceso de mantenimiento, alcanzó los 9.1, hasta mantenerlo en 13.1, que se estima perdure hasta finales de 2021.
“Las alertas están puestas y por eso hemos bajado el suministro. Tenemos un grupo que se dedica a hacer los análisis hidrológicos y balances apoyados por el meteorológico nacional. Estamos revisando constantemente, haciendo análisis a futuro, qué caudal vamos a poder dar en los próximos meses y años. Tomaremos una decisión cuando termine el año hidrológico, el 30 de octubre”, dijo Bourguett.

La recomendación de los investigadores se centra en buscar más maneras de aprovechar el agua. “No podemos traer agua del Cutzamala, usarla y después tirarla. Esa agua está mal utilizada; habría que reciclarla cinco o seis veces. El agua empieza a no ser sustentable porque tenemos que bombear agua de 150 kilómetros de distancia y tenemos que subirla a dos mil 200 metros de altura [la altura de la Ciudad de México] y para verterla en la ciudad. Esta agua podríamos usarla para producir energía con mini eléctricas. Ha habido muchos proyectos que nunca han progresado”, dijo Gay-García.
“El agua que llega al valle de México, como cualquier ciudad del mundo, cuesta en infraestructura y operación. Hay muchas colonias y alcaldías que tienen buen servicio. Hay otras que históricamente han sufrido. Cualquier gota que ahorremos en las zonas con buen servicio ayuda a que llegue el agua a las zonas con no buen servicio. La idea que debemos tener es utilizarla al máximo, no desaprovecharla, hacer un uso racional y eficiente de ella”, dijo Bourguett.
Editado por Melanie Slone y LuzMarina Rojas-Carhuas