Demora en decisión sobre aranceles solares pone de relieve el déficit comercial ante China y problemas de fabricación
Trabajadores instalan paneles solares fotovoltaicos en el techo del edificio de Apoyo a la Investigación del Laboratorio Nacional de Energías Renovables, en Golden, Colorado en 2013. (Fuente: Departamento de Energía de Estados Unidos)
WASHINGTON — Después de que un grupo de fabricantes no identificados exigiera incrementar los aranceles sobre las importaciones de energía solar del sudeste asiático, funcionarios estadounidenses han demorado una decisión y han pedido en vez de ello que las empresas fabricantes se identifiquen.
Esta demora ocurre después de que un grupo de senadores estadounidenses se uniera a los pronunciamientos de la industria solar del país para advertir sobre el daño que estos impuestos propuestos infligirían al sector solar.
En un momento en el que Estados Unidos busca alcanzar ambiciosas metas climáticas, el conflicto sobre los aranceles exalta el creciente déficit comercial solar de Estados Unidos con China, y también expone la necesidad de una mejor estrategia de cadena de suministro y fabricación de energía solar estadounidense.
Mientras el Departamento de Comercio evalúa la petición de un grupo comercial “anónimo” que ampliaría los aranceles a los productos de energía solar fabricados en Malasia, Vietnam y Tailandia, una docena de senadores estadounidenses pidieron a la secretaria Gina Raimondo que “revisara cuidadosamente” la decisión y refirieron al impacto económico que tendría sobre la industria. El departamento dijo más tarde que demoraría la decisión con el fin de reunir más información.

“Los nuevos aranceles sobre los productos solares de estos tres países paralizarían muchos proyectos estadounidenses de energía solar que ya se encuentran en curso. Esto tendría un impacto negativo sobre todos los segmentos de la industria solar del país y provocaría importantes pérdidas de empleos”, dijo la misiva, cuya autora principal fue la senadora demócrata de Nevada Jacky Rosen, presidente del Subcomité de Comercio y Promoción de Exportaciones del Senado.
“Aunque estamos trabajando para desarrollar una mayor capacidad de fabricación de energía solar nacional, actualmente la demanda estadounidense de paneles y celdas excede por mucho la capacidad de producción nacional”.
La acción del Departamento de Comercio ocurre después de una petición de un grupo “anónimo” llamado Fabricantes de Energía Solar Estadounidense Contra la Elusión China, el cual solicitó en agosto al Departamento de Comercio aumentar los aranceles sobre los productos de estas naciones asiáticas, y vinculó sus conexiones con China como un esfuerzo para evadir los aranceles impuestos por Estados Unidos a aquel país. El grupo conformado por 18 empresas está representado por un bufete de abogados con sede en Washington, DC, y no ha hecho pública su lista de miembros.

“Si bien las empresas chinas ahora exportan casi exclusivamente a Estados Unidos desde el sudeste asiático, la gran mayoría de la fabricación, la investigación, el desarrollo y la inversión de capital permanecen en China”, dijo el grupo en un comunicado que fue publicado en el sitio web del bufete de abogados Wiley Rein LLP.
“Durante demasiado tiempo, la obvia elusión de los aranceles antidumping e impuestos compensatorios sobre los productos solares chinos ha mermado a la industria estadounidense, ha destruido nuestras cadenas de suministro y ha puesto en riesgo nuestro futuro de energía limpia. Es hora de que Estados Unidos lidere este sector de importancia crítica. Esta acción de aplicación específica asegura que el estatus de Estados Unidos como líder en innovación y fabricación no se ponga en riesgo con prácticas comerciales de explotación que perjudican al trabajador estadounidense”.
Mientras tanto, la Asociación de Industrias de Energía Solar de Estados Unidos dijo que las tarifas propuestas serían devastadoras para la industria solar nacional, y podrían potencialmente interrumpir la implementación de 18 gigavatios hasta 2023, lo que representaría más que toda la capacidad solar de Estados Unidos antes de 2015, y es casi una cuarta parte de los 63 gigavatios de paneles solares previstos hasta el 2023. La asociación dijo que la petición impondría aranceles del 50 al 250 por ciento sobre las importaciones de paneles y células fotovoltaicas de silicio cristalino provenientes de estas naciones del sudeste asiático.
La presidenta y directora ejecutiva de la asociación, Abigail Ross Hopper, dijo que las peticiones eran frívolas e imprudentes, y que representaban una “amenaza funesta” para la industria solar de Estados Unidos.
“Los solicitantes anónimos están pidiendo al Departamento de Comercio no solo que malinterprete la ley de Estados Unidos, sino que también revoque una década de decisiones del departamento en asuntos de comercio solar, todo para beneficiar a algunos peticionarios anónimos a expensas de toda la economía solar de Estados Unidos”, dijo Hopper en un comunicado.
La disputa sobre los aranceles expone a una industria de fabricación solar estadounidense debilitada que no puede satisfacer la creciente demanda de paneles solares necesarios para cumplir con los objetivos del país de disminuir la producción de gases de efecto invernadero.

Además, conforme China ha desarrollado una posición dominante en la cadena de suministro de infraestructura solar mundial, los problemas de derechos humanos han hecho surgir preguntas sobre el origen de los paneles instalados en Estados Unidos, ya que la industria se ha determinado a eliminar productos que pudieran haberse construido mediante trabajo forzoso.
“Estados Unidos necesita una salida”, argumentó un informe del Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales que establece la necesidad del país de una mejor estrategia de fabricación solar. Los esfuerzos para mejorar la capacidad para la fabricación solar nacional no requieren necesariamente que se relocalicen todos los elementos del proceso, pero requerirá una mayor diversificación en varias etapas, dijeron los autores del informe, Nikos Tsafos y Lachlan Carey.
“Estados Unidos debe orientar sus intervenciones con más cuidado y enfocarse en los huecos de la cadena de suministro, así como en alternativas más limpias y nuevas tecnologías”, escribieron. “El punto no es una reubicación sin sentido, sino una diversificación razonable entre geografías y tecnologías”.

Los proveedores de energía solar estadounidenses se han opuesto a los aranceles sobre las importaciones solares chinas desde que el expresidente Donald J. Trump los implementó en 2018. Trump y otros defensores de los aranceles dijeron que China ha aprovechado injustamente un desequilibrio comercial contra Estados Unidos. En respuesta, la Asociación de Industrias de Energía Solar dijo en un informe que las tarifas redujeron potencialmente 19 mil millones de dólares en nuevas inversiones perdidas del sector privado, lo que equivale a 62 mil nuevos empleos potenciales en Estados Unidos.
Al retrasar su decisión, el Departamento de Comercio solicitó información adicional a los peticionarios del grupo de Fabricantes Estadounidenses de Energía Solar Contra la Elusión China, incluidas sus identidades e información sobre sus capacidades de fabricación e importación. En su solicitud de aumentar las tarifas, las empresas dijeron que revelar sus identidades podría resultar en represalias por parte de proveedores y competidores.
En un comunicado sobre la decisión, Abigail Hooper, de la Asociación de Industrias de Energía Solar de Estados Unidos, dijo que las investigaciones dejarán “perfectamente claro que su caso no es sólido”.
“El detalle y la naturaleza de las preguntas que el Departamento de Comercio hizo a los peticionarios anónimos indica claramente que hicieron una demanda en gran parte desprovista de la información que el departamento necesita para evaluar si iniciar este caso”, dijo.
Traducción de Yerem Mújica; editado por Yerem Mújica y Melanie Slone