Preocupa a economistas que la inflación enfríe el crecimiento
La inflación sigue siendo una gran preocupación para los compradores estadounidenses de todo tipo de productos. (Brandon Bell/Getty Images)
No es solo su imaginación: las cosas se están volviendo más caras, según muestran los últimos informes gubernamentales, y los economistas están luchando para determinar si los números muestran que las cosas podrían empeorar.
Después de un repunte en los últimos meses, el Índice de Precios al Consumidor de la Oficina de Estadísticas Laborales de Estados Unidos que se publicó el miércoles volvió a subir en julio, aunque con un ritmo más lento que dio esperanzas a algunos economistas. Pero otro informe publicado el jueves pasado por la Oficina renovó algunas preocupaciones sobre la inflación.
En el más reciente Índice de Precios al Consumidor (IPC), que mide la inflación del precio de los bienes y productos, la Oficina informó que el precio promedio de los bienes y servicios aumentó medio punto porcentual en general en julio, lo que impulsó el salto de los precios al consumidor al 5.4 por ciento sobre el año pasado.
Algunos economistas se esperanzaron con el hecho de que el aumento del 0.5 por ciento en julio no fue tan alto como el salto del 0.9 por ciento reportado en junio, y el repunte del 0.7 por ciento en mayo.

“La inflación del IPC se acercó mucho más a un nivel normal en julio. En realidad, esta fue la ganancia mensual más baja desde febrero”, dijo Josh Bivens, el director de investigación del grupo de expertos Economic Policy Institute, en su cuenta de Twitter, “El pico de inflación de mediados de año es real, pero está contenido en gran medida”.
Pero un informe diferente publicado al día siguiente, el último Índice Mensual de Precios al Productor de la Oficina de Estadísticas Laborales, reavivó las preocupaciones de que la inflación podría desacelerar el crecimiento económico conforme el país intenta salir de la pandemia del coronavirus. A diferencia del Índice de Precios al Consumidor, que mide cuánto paga un comprador por un bien, el del productor mide más la inflación desde la perspectiva del propietario de la tienda.
El informe de julio por parte de los productores se elevó en 1 por ciento en el mes, luego de aumentos similares del 1 por ciento en junio y del 0.8 por ciento en mayo. Esto provocó algunas preocupaciones entre los economistas acerca de que la inflación podría continuar creciendo.
“Es demasiado pronto para adoptar un punto de vista definitivo sobre la inflación”, dijo Robin Brooks, economista en jefe del Instituto de Finanzas Internacionales. “Yo me abstendría de afirmar algo como que ‘la inflación se está normalizando’ durante algún tiempo. Todavía hay una gran incertidumbre”.
Entre las categorías que experimentaron los mayores aumentos se encuentran los precios de alquiler de automóviles, que fueron un 73.5 por ciento más altos que en esta época del año pasado, seguidos por un aumento del 41 por ciento en los precios de la gasolina y los autos usados, y un aumento del 24 por ciento en los precios de los hoteles.
Si bien los economistas debaten sobre el impacto que la inflación podría tener en una economía estadounidense en crecimiento, hay pocas dudas de que la inflación está creciendo más rápido de lo normal, dijo Jason Furman, profesor de economía de la Universidad de Harvard.
Furman, también investigador senior del Instituto Peterson para la Economía Internacional, señaló que la inflación básica era de 4.1 por ciento; esta es una medición de la inflación sin tener en cuenta los precios de los alimentos, la gasolina y la energía, ya que estos productos básicos pueden cambiar regularmente y, en ocasiones, bruscamente. También señaló que la única razón por la que la inflación disminuyó en julio fue una caída en los precios de los autos nuevos y usados.
Según Furman, el aumento de la inflación fue algo que algunos economistas no vieron venir.
“Hace tan solo dos meses, la gente especulaba con que ‘podríamos’ tener una inflación del 3 por ciento este año. Ya nos encontramos en un IPC del 4.1 por ciento este año”, escribió Furman en Twitter.
Como se indica en el informe más reciente sobre empleos del gobierno, los salarios también están aumentando. El informe de empleos de julio de la Oficina de Estadísticas Laborales mostró que los salarios aumentaron un cuatro por ciento respecto al año pasado. Sin embargo, algunos argumentan que el subsecuente aumento de la inflación le resta lo bueno al salto salarial.
“En términos de dólares ajustados a la inflación, muchos trabajadores de hoy no están ganando ni un centavo más de lo que ganaban hace 50 años. La mitad de nuestra gente vive de cheque a cheque”, dijo el senador independiente de Vermont, Bernie Sanders, en Twitter. “En el país más rico de la historia mundial, eso es inaceptable”.
Con el aumento de la inflación, algunos economistas se preguntan si el Sistema de la Reserva Federal de Estados Unidos desacelerará o terminará el apoyo que ha estado brindando desde el comienzo de la pandemia. A principios de agosto, el senador demócrata de Virginia Occidental, Joe Manchin, se unió a varios colegas republicanos para pedir a la Reserva Federal que disminuya su política de compra de bonos, la cual ayuda a agregar apoyo monetario al sistema económico, pero también puede estimular la inflación.
Hasta ahora, los miembros de la Reserva Federal parecen divididos sobre la decisión de disminuir esa política, apuntó Diane Swonk, economista en jefe de la firma de contabilidad Grant Thornton, pero el impulso parece moverse hacia el desacelerar los estímulos económicos.
“La disonancia se ha desvanecido y el pivote dentro de la Reserva está bien encaminado”, escribió Swonk en Twitter. “Muchos miembros de la Reserva Federal están hablando sobre la voluntad de disminuir. Algunos desean otro mes sólido, si no espectacular, de ganancias laborales”.
Traducción de Yerem Mújica; editado por Yerem Mújica y Melanie Slone