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Dietas extremas no sirven, pese a su popularidad 

Jóvenes latinoamericanos, en particular mujeres, no siguen los pasos adecuados para cuidar su peso. 

Cada vez son más las mujeres latinoamericanas que se someten a dietas extremas.

Esta situación que es preocupante si se considera que dichos regímenes casi nunca están supervisados por un nutriólogo. Según especialistas, el estrés es un factor importante a la hora de decidir seguir una dieta dura, la cual por lo general contempla comer muy pocos alimentos.

“Son un peligro; muchas están basadas solo en la ingesta de verduras y agua, y desgraciadamente están muy de moda en la actualidad”, dijo Esbeydi Segura, nutrióloga por la Universidad Central de Venezuela.

De acuerdo con la experta, con estas dietas extremas las y los jóvenes se someten, sin saberlo, a importantes riesgos físicos.

“Pues, se corre el riesgo de no tener los nutrientes que necesitamos para hacer todas las actividades que amerita el día, y a largo plazo poner en riesgo la salud que hoy día con el tema de la pandemia es lo más importante”, dijo Segura.

La preocupación por el peso se da mucho en las jóvenes universitarias. (I. Yunmai/Unsplash)

No importa de cuál se trate, si es la de la ‘luna llena’, la de ‘la manzana’ o la del ‘grupo sanguíneo’, con ninguna de las dietas exprés se logra mantener el peso ideal, y existen pruebas de ello, dice la especialista.

Se dice que la vida globalizada ha traído consigo la intolerancia al estrés, que a su vez provoca mucha ansiedad. Esto se traduce en la ingesta de grandes cantidades de alimento, lo que finalmente lleva a las mujeres a llevar una dieta para eliminar las calorías adquiridas en momentos de depresión.

“Son etapas de la vida de la mujer, y también de algunos hombres, en los que la depresión que ejercen las redes sociales les orillan a comer y comer. Después viene la culpa, y después la dieta rigurosa”, dijo la especialista en nutrición.

Incluso, muchas jóvenes reconocen el peligro de seguir dietas estrictas, si bien algunas optan por hacer actividad física o ingerir más líquidos.

“Cuando me siento gorda, lo que hago es aumentar las cantidades de agua, agua simple, y disminuir los alimentos. Pero más que nada es la fuerza de voluntad”, dijo Alejandra Domínguez, mexicana de 25 años, quien se dedica a las ventas por redes sociales.

El problema no reside siempre en cuestiones físicas, sino que hay factores emocionales que pueden llevar a la gente a comer de más. (Diana Polekhina/Unsplash)

La joven, quien también cursa la universidad de forma virtual debido a la pandemia, dijo estar consciente de que en todo momento lo mejor sería alejarse de este tipo de dietas exprés: “Creo que es mejor hacer deporte; el deporte es mejor que hacer dieta”.

Hay casos en los que no vale la pena consultar a un nutriólogo, porque el tema no es tanto de salud física, sino mental, dijo Segura.

“Cuando es sostenido este comportamiento, ya necesitamos del área de la psicología, porque seguramente el tema del alimento físico, digamos que sería la comida, está unido al tema del alimento emocional, que es lo que estaría fallando en este caso”.

Generalmente este tipo de casos se da en mujeres, cuando las jóvenes cursan sus estudios universitarios, por lo que se recomienda que en este camino los padres de familia no descuiden a sus hijas, a pesar de que sean mayores de edad.

(Editado por Melanie Slone y LuzMarina Rojas-Carhuas)

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