Skip to content
Menu

Chocolate con agua, el secreto detrás de la tradición que guarda Oaxaca

Su preparación conlleva algo de misticismo. 

Uno de los mejores regalos que ha dado México al mundo es el chocolate.

Esta delicia viajó a Europa en la época de la Conquista, y de ahí al resto del globo. El chocolate lo consumían los mexicas, en rituales ceremoniales o como bebida para dar fuerza y energía a los guerreros antes de iniciar una batalla.

Chocolate—su leyenda e historia

Cuenta la leyenda que Quetzalcóatl entregó a los toltecas unos granos de cacao, con el propósito de que todo el pueblo estuviera bien alimentado y sano y así pudieran ser personas sabias y creativas y buenos artesanos. Se decía que la serpiente emplumada robó el árbol de cacao del paraíso donde vivían los dioses, lo plantó en Tula y pidió ayuda a Tlatloc para regarlo y hacer que el arbusto se alimentara y creciera. Posteriormente visitó a Xochiquétzal—diosa del amor y la fortuna—, para que diera al árbol flores hermosas. Finalmente, el árbol floreció y dio frutos de cacao.

Granos de cacao mexicano pelados o cacao, listos para moler en polvo para hacer chocolate. (Foto de ronniechua, iStock)

Así se consumía en la época prehispánica

Era muy valorado comercialmente en Mesoamérica, ya que se consideraba también como una moneda de cambio. Se le consideraba un símbolo de riqueza y un alimento de los dioses. Solo se podía guardar o beber en agua y quienes lo bebían solo eran personas de la clase importante entre los mexicas, guerreros o sacerdotes. Los antiguos mexicas lo consumían al mezclarlo con semillas de zapote y maíz, y hacían bolitas de esta mezcla para dosificarlo. Después los entregaban a los guerreros revueltos en agua caliente. Se podía complementar con miel o flores, o se le podía poner acuyo, achiote, pimienta o pinole.

Ya que era considerado como un símbolo de riqueza, la jícara donde la realeza lo consumía tenía una cucharilla de oro, plata o madera preciosa. La fortuna que ostentaba uno de los emperadores aztecas, Moctezuma, incluía 100 millones de semillas de cacao.

El arbusto donde nace se llama cacaotero, un árbol pequeño que se da en ambientes sumamente tropicales. Este árbol puede encontrarse en estados como Campeche, Chiapas y Tabasco, en la costa del Pacífico y en toda la zona donde se desarrolló la cultura Maya.

 

Cacao y su degustación

Los españoles se quedaron asombrados con el sabor de esta semilla y lo adaptaron rápidamente, al combinarlo con leche y agregarle canela, azúcar y otras especias.

Uno de los estados mexicanos donde lo degustan frecuentemente sin agregarle leche, sino solo agua, es Oaxaca. El chocolate en agua es una bebida muy aromática, ligera, y con alto grado de sabor, perfecta para esas mañanas y noches frescas. En Oaxaca es todo un ritual que inicia desde su preparación; la receta se transmite de generación en generación, lo que hace más fuertes los valores de cada familia.

“Tuestas los granos, ya que lo que se debe hacer es crear tu propio concentrado y eso varia de quien lo prepara. Nosotros lo preparamos con una pizca de sal; le ponemos chile, almendras, canela y panela. Para moles podemos usar el metate, pero muchas personas van al molino para tener la consistencia deseada”, dijo María Antonia Chávez Gómez, originaria de Tuxtepec, Oaxaca.

“Ahora viene la parte importante como mezclarlo en agua. Son aproximadamente 30 gramos para batirlo con el molinillo en 250 ml de agua. También se puede utilizar la batidora; una vez que se levanta la espuma, se debe ir probando hasta el grado de sabor que la persona busca”, dijo Chávez Gómez.

(Photo de Filip Gielda, Unsplash)

En Oaxaca aún degustan del chocolate de una manera ceremonial, lo cual le da un toque de misticismo.

(Editado por Melanie Slone y LuzMarina Rojas-Carhuas)

Recommended from our partners