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Lo que hace único al dominó cubano

Los cubanos dominan las reglas y secretos del juego.

El dominó cubano, más conocido como “doble 9”, es una práctica que nadie más en todo el mundo juega. Su procedencia y jugabilidad le pertenecen enteramente al país de Cuba. La diferencia radica en que, en comparación con el del doble 6, en el que se juega con 28 fichas, en el doble 9 se juega con 55 fichas. De esas 30 son pares y 25 impares.

Esta forma de jugar se registra en las zonas occidentales y centrales de la isla como en La Habana, Pinar del Río, Cienfuegos, Matanzas y Camagüey. El domino tradicional también se juega en todo Cuba pero tiene mayor alcance en Santiago, Guantánamo, Holguín.

 

¿Por qué el doble 9 solo se práctica por cubanos?

Esta forma de jugar dominó tiene más que ver con el azar que con la precisión y el cálculo. A muchas personas les resulta un tanto complicado y prefieren otras modalidades que sean llevadas a niveles competitivos por todas partes del mundo. En países como Estados Unidos, a pesar de que hay grupos que preservan la jugabilidad del dominó tradicional, buscan a residentes originarios de la isla caribeña (dependiendo de la edad a la que ellos se hayan ido a vivir a la Unión Americana) para torneos.

Las reglas del doble 9 hacen que las partidas puedan ser bastante largas. Se juega con cuatro personas o por parejas. El objetivo del juego es colocar todas las fichas en la mesa antes que los contrarios y sumar puntos. Si uno de los jugadores gana una ronda, suma puntos según las fichas que no hayan podido colocar los oponentes. Cuando un jugador coloca su última ficha, se dice que ese jugador dominó la ronda y si jugó en solitario, el jugador que ha ganado la ronda suma los puntos de todos sus contrincantes. Cuando es por parejas, se suman los puntos de todos los jugadores, incluso los del compañero. Lo que hace tan compleja a esta manera de jugar es que al tener fuera 15 fichas “dormidas” durante cada partida, el cálculo se hace más inexacto y difícilmente se pueden prever los movimientos del contrincante, sobre todo cuando comienza una nueva “mano”.

La versión del dominó occidental tal y como lo conocemos, se popularizó cuando los españoles llegaron a América, llevando consigo sus tradiciones reflejadas hasta en los juegos de azar. A pesar de que los primeros vestigios de un tipo de dominó se remontan a la antigua China del siglo 10, los primeros juegos que se acercan a lo que hoy se conoce como el “doble 6”, y sus demás vertientes, fueron adaptados en el siglo 18 en Francia e Italia, logrando expandirse por todos los demás continentes a lo largo de la historia.

El doble 9 nació en Cuba y las personas que viven en esa isla son quienes más tienen familiaridad. Cuando los europeos se establecieron en lo que hoy es Latinoamérica con su tradicional manera de jugar con 28 fichas, en Cuba se optó por un modo diferente que enmarcara la personalidad propia de sus habitantes. Le dieron un toque de frescura y le dieron un estilo propio que solo siendo procedente de ahí o estudiándolo mucho se puede dominar a la perfección.

(Traducido y editado por Gabriela Olmos. Adaptado al español por Rafael Prieto)

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