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La herencia arquitectónica que dejó Porfirio Díaz a México

Monumentos construidos por orden del dictador del siglo 19

La época del Porfiriato es un gran capítulo en la historia de México del siglo 19. Cuando se cuentan los acontecimientos es normal que se divida en dos bandos: por un lado están las personas que aseguran que la dictadura de Porfirio Díaz ocasionó gran conmoción en la sociedad mexicana a causa de su mano dura, por otro, están los que agradecen todas las aportaciones culturales, arquitectónicas, tecnológicas y económicas que le dejó al país.

Durante su mandato de 31 años trajo orden a una nación asaltada por crisis económicas, políticas, guerra y falta de certeza. Este desarrollo tuvo gran impacto con su partida.

 

¿Cómo llegó Porfirio Díaz al mando de México?

Este hombre llamado José de la Cruz Porfirio Díaz Mori, nació el 15 de septiembre en 1830 en Oaxaca. Desde muy joven dedicó su vida a intereses políticos además de su carrera como militar. Proveniente de una familia de una posición no muy alta en sociedad, tenía seis hermanos que sus padres debían mantener además de él.

Díaz siempre tuvo en mente lo que él quería lograr y su sueño se cumplió en 1877: convertirse en presidente de México. Después de postularse sin éxito con anterioridad mantuvo la ilusión de ocupar la silla presidencial, centralizar el poder y conciliar los intereses en varios sectores del país. Desde el principio traía una estructura de orden con la que comenzó controlando a caudillos y caciques, supervisando de cerca tratos e inversiones en el extranjero que recayeran directamente en la economía interna. Díaz también construyó sistemas de comunicaciones y transportes eficaces (como la red férrea mexicana) e impulsó el sector agrícola, industrial y minero.

“El Porfiriato” trajo consigo crecimiento, integración y estabilidad en el país. No obstante, a pesar de todos los avances socioeconómicos, la desigualdad fue un factor que continuó azotando a la población.

Díaz y su gran amor y admiración por Europa

Gran parte de la identidad visual y arquitectónica de la República Mexicana tiene influencia europea, salida más bien de Francia. Esto fue porque Porfirio Díaz admiraba lo relacionado con las bellas artes, en ese entonces Francia era la capital cultural del mundo. Como vía para elevar a México a alcanzar el estatus que tenían países extranjeros, él introdujo las tiendas departamentales, trayendo consigo la moda parisina a México. Los modales en sociedad adoptaron el estilo francés. Hubo una gran apertura para el apoyo del arte y la influencia francesa se hizo evidente en estructuras arquitectónicas, edificaciones y esculturas.

Por ejemplo, entre los símbolos del Porfiriato estuvieron el Teatro Nacional que fue renovado para 1934 inaugurar en su lugar el Palacio de Bellas Artes (cosas que ya no pudo presenciar terminado) y el Palacio de Correos, ubicado en el Centro Histórico.

En honor y conmemoración a la Independencia de México, también mandó a construir el “Monumento a la Revolución” (1906), que se inspiró en el estilo neoclásico europeo y utiliza tecnología de punta de la época para su construcción, pero sólo hasta 1938 se retomó su construcción. Con la misma intención surgió el “Hemiciclo a Juárez”.

El edificio de la Secretaría de Comunicaciones y Obras Públicas fue símbolo de estabilidad económica y política, el cual alberga ahora el Museo Nacional de Arte. El Palacio Lecumberri, el colegio de San Idelfonso, el Bosque de Chapultepec y el Ángel de la Independencia también son monumentos heredados por el ingenio, la creatividad y fascinación que sentía Porfirio Díaz por Francia.

Ahora es impensable imaginar a México sin estos monumentos y construcciones que elevaron y enaltecen gran parte de su historia. Siendo atractivos turísticos muestran el pasado de una época de la nación. Las contribuciones de Porfirio Díaz se convertirán en iconos de México, dentro y fuera del país.

(Traducido y editado por Gabriela Olmos. Adaptado al español por Rafael Prieto)

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