HUC Ofrece Retirar Discretamente Monumento Confederado; Manifestantes Exigen Derribar las Estatuas
RICHMOND, Virginia — Una multitud se reunió bajo un fuerte aguacero para ver cómo se escribía la historia: el monumento que celebraba al general confederado Stonewall Jackson fue removido.
Las campanas de la iglesia sonaron a la distancia cuando los trabajadores dispusieron sus herramientas eléctricas a los pies de la estatua. Una vez retirado, el monumento se colocó en una plataforma y fue llevado a un lugar no revelado. Aún no se decide su destino final.

La suerte de estos monumentos ha generado tanto debate como las estatuas mismas. Algunos miran las estatuas como representaciones de la historia y quieren que éstas al menos se conserven tras ser removidas.
Donar las piezas a un museo es una opción popular. Linda St. Thomas, vocera del Smithsonian, dijo que no les han ofrecido estatuas. “El Museo Nacional de Historia Americana aseguró en 2017 que no coleccionaría estatuas y monumentos”, dijo St. Thomas. Es poco probable que otros museos prominentes lo hagan. Los cementerios confederados son también opciones populares.
Otros ven los monumentos como símbolos de intolerancia y represión y quieren que se destruyan. El monumento a Robert E. Lee en Richmond ha sido un foco de protestas tras la muerte de George Floyd, un hombre de Minneapolis que murió mientras estaba bajo custodia policial.
“El SPLC no apoya borrar la historia, ni desfigurar y/o destruir ningún objeto histórico, pero cree que todos los símbolos confederados deben colocarse en su contexto histórico adecuado”, dijo a Zenger News Lecia Brooks del Southern Poverty Law Center.
La ubicación y la propiedad de los monumentos tiene mucho que ver con lo que les sucede. La estatua de Stonewall Jackson estaba ubicada en una propiedad de la ciudad, lo que le dio al alcalde de Richmond, Levar Stoney, el derecho a derribarla.
Stoney citó la seguridad pública como el motivo de la rápida remoción de la estatua la semana pasada. “No quitar las estatuas ahora representa una amenaza severa, inmediata y creciente para la seguridad pública… A medida que la pandemia de COVID-19 crece y los manifestantes intentan derribar las estatuas confederadas ellos mismos, o confrontar a quienes lo hacen, el riesgo de enfermedad grave, lesión o muerte se incrementa”.
Las estatuas se han convertido en un foco de debate racial, y los monumentos confederados no son los únicos bajo escrutinio. En Baltimore, los manifestantes derribaron una estatua de Cristóbal Colón, el explorador del siglo XV que, según algunos, era un colonizador violento, y la arrojaron al agua en el puerto de la ciudad el sábado.
El Museo Americano de Historia Natural de la ciudad de Nueva York dijo que retirará una controvertida estatua del presidente Theodore Roosevelt, donde se lo representa a caballo, mientras un nativo americano y un negro están parados junto a él. Los manifestantes también han pedido que se retire una estatua del presidente Abraham Lincoln en Washington, D.C., que lo muestra de pie junto a un hombre afroamericano arrodillado. Esa estatua fue pagada por antiguos esclavos.
El monumento a Robert E. Lee en Richmond se encuentra en un terreno estatal, lo que significa que el gobierno de Virginia podría retirarlo. El gobernador, Ralph Northam, demócrata, anunció que la estatua sería removida, pero el proceso está en espera del resultado de una demanda.
Juez del Tribunal de Circuito de Richmond, Bradley Cavedo detuvo este proceso debido a una demanda presentada por William C. Gregory, bisnieto de una de las personas que cediera la estatua y la tierra al estado. La escritura fue otorgada con la condición de que la estatua nunca fuera removida.
Muchos de los monumentos confederados de la nación fueron pagados parcialmente por las Hijas Unidas de la Confederación (HUC). Esta organización quiere tomar posesión de la estatua de un soldado confederado que erigió en 1906 en el condado de Loudoun, Virginia. “Se ha programado una reunión del consejo para la noche del 7 de julio; pero es prácticamente un hecho”, dijo a Zenger News Stephen Price, abogado de las Hijas Unidas de la Confederación.
La organización, que tiene sede en Richmond y capítulos en 33 estados y el Distrito de Columbia, fue iniciada por un grupo de mujeres que apoyó a los soldados confederados durante la Guerra Civil. Después de la guerra, ellas cuidaron las tumbas de los caídos y trabajaron para erigir monumentos y otros tipos de memoriales.

Hijas Unidas de la Confederación no respondió a la solicitud de Zenger News de un comentario. “Están escondidas. Puedo decirles que no están contentas con la situación”, dijo Price.
El sitio web público del grupo incluye una declaración de 2018 que aborda la controversia de los monumentos.
“Las Hijas Unidas de la Confederación aprecian los sentimientos que actualmente expresan los ciudadanos de todo el país con respecto a las estatuas y monumentos conmemorativos confederados erigidos por nuestros miembros en décadas pasadas”, señaló en el comunicado Nelma Crutcher, presidenta general del grupo. “Algunos consideran estas estatuas y registros conmemorativos como divisorios y, por lo tanto, indignos de permanecer en lugares públicos. Para otros, simplemente representan monumentos a nuestros antepasados que lucharon con valentía durante cuatro años de guerra.”
Hay más de 1,800 monumentos confederados en los Estados Unidos. “Estos símbolos incluyen edificios gubernamentales, monumentos y estatuas confederados, placas, escuelas, parques, condados, ciudades, bases militares, calles y carreteras que llevan el nombre de cualquier persona asociada con la Confederación”, dijo Brooks. “El SPLC rastrea los símbolos que celebran la Confederación en terrenos públicos. El SPLC no rastrea los símbolos ubicados en cementerios, campos de batalla, en propiedad privada o aquellos erigidos con el espíritu de reconciliación”.
Según la oficina del alcalde, la ciudad de Richmond tiene 60 días para solicitar la opinión pública y determinar el destino de las estatuas.
(Traducido por Gabriela Olmos. Editado por Allison Elyse Gualtieri.